De vez en cuando,
ese miedo
que rompe con su gris
cualquier luz
escandalosa.
De vez en cuando,
ese costado
que se queja de dormir
acurrucado
cuando la noche
se despierta
reboltosa.
De vez en cuando,
el arrebato
y las miserias
de los
días agridulces
y las batallas con
sabor
a haber perdido.
De vez en cuando,
deberíamos
defendernos a
nosotros
un poco,
de nosotros mismos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario